Desde la fotografía me maravillo con el lenguaje de las formas urbanas, con las que me une un vínculo emocional dada mi formación de diseñadora, con algunos años en Arquitectura, por lo que me tomo cada desafío fotográfico con pasión y alegría.

Me presento ante una obra de arquitectura como una intermediaria, que a través de una propuesta creativa y sensible busca reflejar la intención de su arquitecto-creador. Es un momento único que exige crear una escena que no deje fuera ningún elemento. El edificio se convierte así en el escenario de un teatro donde suceden cosas que van a definir la foto: movimiento, luces y sombras cambiantes, cielos que mutan. El fotógrafo es el director de la función.

Cuando nos enfrentamos a una obra de arquitectura, son muchos los factores que debemos manejar para poder transmitir en imágenes la potencia de la tridimensionalidad. El desafío es grande, y el camino para lograr un buen resultado exige dominar conceptos tales como:

– Perspectiva / Identificar puntos de fuga para componer correctamente la foto.

– Proporción / La importancia de la escala humana en ciertas obras que requieren de una referencia.

– Luz / Es un elemento que correctamente manejado es fundamental en lograr una buena foto de arquitectura. Para hacer un buen trabajo fotográfico de un edificio, es importante conocerlo a distintas horas del día y ver cómo se lee con respecto a la luz.

– Contraste / Luces y sombras que acusan volúmenes, profundidad, atmósferas.

– Espacio negativo / En algunos casos es un gran complemento potenciador de la obra, un gran cielo por ejemplo.

– Entorno / Fundamental para entender la obra en sí, es el generador del proyecto y si queremos hacer un relato fotográfico de la obra, debemos considerar el «dónde».

En cuanto a técnica, mi equipo está compuesto por una cámara Nikon D610 y una Sony 7rIII, con diversos lentes que abarcan desde los 14mm a los 300 mm, siendo mi lente gran angular el más usado en este tipo de fotos. Indispensable uso de trípode. Edito mis fotos usando Photoshop + camera Raw.

De los edificios que he capturado con mi lente en diversos viajes, hay varios que me han conmovido. Aquí por nombrar algunos:

– Museo Guggenheim del arquitecto Frank Gehry (Bilbao). Edificio emblemático de la ciudad, que se caracteriza por una compleja fusión de formas curvas y materialidad única.

– Basílica de la Sagrada Familia y Casa Batlló, de Antonio Gaudí (Barcelona). Obras icónicas del modernismo de fines del siglo XIX. Sus formas orgánicas derivan de la observación de la geometría en la naturaleza.

– Templo Bahá’i de Sudamérica (Santiago). Obra monumental de la oficina de arquitectos Hariri & Pontarini (Canadá), donde se trabajó con conceptos como la transparencia, la luz y la épica del entorno imponente de la cordillera de Los Andes.

-Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile (Santiago), de Borja Huidobro y A4 Arquitectos. Edificación de siete pisos sobre la superficie + seis niveles subterráneos, donde destaca la escultural escalera en forma de espiral.

Los invito a sorprenderse y a descubrir las formas urbanas con una mirada reflexiva.
Ximena Nahmías Contador
Diseñadora / Fotógrafa
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